Hay un mito que todos hemos escuchado:
“mientras más firme el colchón, mejor duermes.”
Y no es tan simple.
La firmeza correcta depende de ti: tu postura, tu peso y cómo te gusta sentir el colchón cuando te echas.
La buena noticia es que, en el mundo real, la mayoría de personas duerme mejor en colchones intermedios o firmes (justo donde está el ADN de Calm).
Aquí te dejamos la guía definitiva, y demasiado clara, para elegir tu firmeza ideal.
1. Tu postura al dormir lo define casi todo
Dormimos distinto, así que necesitamos firmeza distinta.
✔ Si duermes de lado
Necesitas un colchón intermedio, que permita que hombros y cadera se acomoden sin hundirte demasiado.
Lo ideal:
- Capas de memory foam de buena densidad arriba
- Base firme o híbrida que mantenga la columna alineada
Por qué funciona:
Porque distribuye presión pero mantiene soporte.
No necesitas suavidad extrema, solo comodidad encima y estructura abajo.
✔ Si duermes boca arriba
Tu punto perfecto está en la firmeza media–firme.
Lo ideal:
- Híbrido medio–firme
- Memory foam con soporte de alta densidad
Por qué funciona:
Evita que la zona lumbar se hunda y mantiene la postura correcta toda la noche.
✔ Si duermes boca abajo
Este es el caso donde la firmeza firme es realmente necesaria.
Lo ideal:
- Colchón firme
- Híbrido firme si quieres un toque de confort arriba
Por qué funciona:
Evita la curvatura excesiva de la espalda, que es el problema clásico de esta postura.
✔ Si cambias de postura toda la noche
Un colchón intermedio o medio–firme es tu mejor amigo.
Por qué funciona:
Te permite moverte, no te “atrapa”, y te mantiene alineado sin importar cómo caigas.
2. Tu peso influye más de lo que crees
Este punto rara vez se explica bien, así que va simple:
✔ Menos de 65 kg
Un colchón intermedio funciona perfecto:
da alivio sin ser blando y mantiene soporte sin ser duro.
✔ Entre 65 y 90 kg
Tu zona ideal es medio–firme.
Soporte fuerte + confort suficiente arriba.
✔ Más de 90 kg
Necesitas un colchón firme, o un híbrido medio–firme que no se hunda con el tiempo.
3. Tu preferencia personal también manda
No todo es técnica.
Hay gente que ama sentir un colchón más estable y firme.
Otros prefieren una sensación más acolchada, pero sin perder estructura.
Regla Calm:
Tu colchón debe sentirse cómodo desde los primeros 5 segundos.
Si sientes presión, incomodidad o hundimiento raro… no es el tuyo.
4. Sensación ≠ firmeza (muy importante)
La gente confunde estos conceptos:
- Firmeza: qué tanto se hunde el colchón.
- Sensación: cómo se percibe arriba (confort, suavidad, soporte).
Ejemplo real:
Un híbrido Calm puede tener firmeza medio–firme, pero sentirse cómodo arriba por las capas de espuma.
Ese balance es lo que hace que tanta gente duerma mejor con este tipo de colchones.
5. Señales de que estás usando la firmeza equivocada
Si te pasa alguna de estas, tu firmeza no es la correcta:
- Dolor de hombros o cadera → muy firme
- Dolor lumbar → demasiado suave o poco soporte
- Sientes que te hundes irregularmente
- Te mueves toda la noche buscando posición
- Tu espalda amanece tensa
Si tienes al menos dos, necesitas cambiar.
6. Guía rápida Calm (la más fácil de entender)
| Tu postura | Tu peso | Tu colchón ideal |
|---|---|---|
| Lado | Cualquiera | Intermedio con capas de confort (memory foam) |
| Boca arriba | 65–90 kg | Medio–firme |
| Boca arriba | +90 kg | Firme |
| Boca abajo | Cualquiera | Firme |
| Combinado | Cualquiera | Híbrido intermedio o medio–firme |
Conclusión Modo Calm
Elegir firmeza no debería ser complicado.
La mayoría de cuerpos duerme mejor en un colchón intermedio o firme, con buen soporte y el confort justo para relajar el cuerpo sin perder alineación.
Ese balance es exactamente lo que Calm ofrece.
Porque dormir bien no es un lujo:
es sagrado.